Empleo vs. Crecimiento: más allá del ciclo
Rodrigo Aravena González Economista Jefe de Banco de Chile
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Rodrigo Aravena
No cabe duda de que 2018 fue un buen año para la economía chilena. Luego de haber crecido sólo 1,7% los últimos cuatro años, el Producto Interno Bruto (PIB) aumentaría alrededor de 4,0% el actual, alcanzando niveles no observados desde 2012. Adicionalmente, la recuperación de la inversión sugiere que la calidad del crecimiento es mejor.
Pero tenemos que ser cautos y reconocer que, pese a todas las cuentas alegres que podamos sacar, este año nos deja una gran incógnita: los cambios que ha experimentado el mercado laboral.
Creo que un acabado análisis, que incluya discusiones técnicas, con visiones de largo plazo y un permanente monitoreo, es más necesario que nunca. Las implicancias del dinamismo en el mercado laboral son múltiples, que van desde perspectivas de consumo e inflación hasta incluso el panorama político. En este sentido, creo que el realce que dio el Banco Central al análisis del empleo en el último IPoM logra poner de manera perfecta este tema sobre la mesa, que sin duda será materia de discusión al menos durante todo el próximo año.
En este contexto, creo que hay algunos temas que se deben tener presentes. Uno de ellos es reconocer la necesidad de contar con información adicional sobre el mercado laboral, la cual al no estar disponible definitivamente, dificulta el análisis. Esto obedece a la existencia de algunos cambios estructurales, como el fuerte flujo inmigratorio hacia Chile, dejando sin la misma interpretación, por ejemplo, a algunos factores de expansión que se basaban en el últimos Censo. Más allá de la discusión entre datos administrativos versus los provenientes de encuestas tradicionales, creo que se deben realizar esfuerzos en generar información que sea ad hoc a la nueva realidad, lo cual implica desde inversiones en generación de datos adicionales hasta eficiencias en integrar y consolidar bases de datos ya existentes.
Un elemento adicional es reconocer que algunos cambios en el mercado laboral no son puramente cíclicos, que se vayan a disipar a través del tiempo. Algunos factores como el progreso tecnológico reducirían, al menos en el corto plazo, la demanda por trabajo; mientras que el flujo inmigratorio hace aumentar, al menos en el corto plazo, la oferta laboral. Esta combinación de factores, que sin duda no son transitorios, puede acotar el espacio de crecimiento de los salarios y del empleo. Además, hay que estar conscientes sobre la existencia de elementos que el informe del Banco Central no profundiza, pero que tienen implicancias en el mercado laboral, como el rol que tuvo, por ejemplo, la reforma laboral, o el papel que juega el aumento del empleo fiscal y las ganancias (o pérdidas) de productividad que se pueden haber generado a raíz del aumento del empleo informal.
Sin duda que estos y otros temas tienen implicancias de primer orden en la política económica. Hay que tener cuidado en caer en tentaciones de corto plazo y pensar, por ejemplo, en que se requieren casi automáticamente medidas de estímulo fiscal a un problema que no es puramente cíclico. Quizás más bien debemos pensar en que el aumento de la fuerza laboral y el progreso tecnológico nos dan buenas oportunidades para tener mayores grados de flexibilidad, reasignar más eficientemente los recursos y finalmente contar con ganancias de productividad, que ha sido uno de los grandes temas pendientes en nuestro país por muchos años.